La novela en que se convirtió la historia de la presa La Boca, en el municipio de Santiago, Nuevo León, tomó un giro inesperado luego de que el autor de la misma, Juan Ignacio Barragán Villarreal, director de Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey (SADM), revivió al personaje principal al darle ahora 46 días más de vida útil.
Este cambio, dijo el funcionario estatal, es producto de que la Comisión Nacional del Agua les autorizó extraer 10 millones de metros cúbicos más a la presa Cerro Prieto.
“Ahora vamos a tener hasta 46 días, en promedio, de consumo asegurado de estas dos fuentes, (la presa de la Boca y la presa Cerro Prieto).
“Evidentemente en el caso de la Boca se está haciendo una extracción muy baja, de solo 300 litros por segundo, para poder surtir la parte sur de la ciudad”, explicó.
En esta historia de enredos que en momentos hasta parecen una farsa los diálogos, el 30 de enero Barragán Villarreal aseguró que le quedaba un mes y medio o dos de vida, a la presa de la Boca y de 4 a 5 meses a la presa Cerro Prieto.
Pasaron los días y el 19 de marzo anunció que el 22 de ese mes sería el último día en que se podría extraer agua de La Boca.
Y el embalse se quedaría solo con el líquido suficiente para no ir contra normas ambientales en pro de la flora y fauna.
Una semana después, el titular de SADM anunció que se haría un pequeño trasvase de Cerro Prieto a la Boca y le daba seis días de vida.
Y, un día después de concluido ese tiempo, Juan Ignacio Barragán informó que ahora son 46 los días en que la presa La Boca contará con agua para extraer y surtir a las colonias del sur de Monterrey, que van del embalse a la zona de Los Cristales.
Debido a que el sábado iniciaron con los trabajos de desazolve en la presa La Boca, Barragán Villarreal aseguró que han pedido a los encargados de la obra tener mucho cuidado en no enturbiar el agua que se va a potabilizar.
En especial, dijo, porque “esa tierra nos tapa los filtros de las plantas potabilizadoras”.
