Por Felipe Canchola González
La mentira es tan antigua como la humanidad misma. Es la expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente; es la negación de la realidad.
Desde que el ser humano comenzó a socializarse, estableció sus leyes de convivencia aprendiendo a expresarse y conducirse con verdad.
El opresor más temible de nuestra era, la mentira, ha alcanzado dimensiones inimaginables, pues vivimos en un mundo cada vez más digital que está bombardeado, en su mayor parte, de información saturada de mentiras.
En efecto, las noticias falsas, conocidas en términos digitales como «fake news», está por todas partes.
Notas, videos e imágenes artificialmente manipuladas, se esparcen seis veces más rápido que una noticia verídica y, además, con un 70 por ciento más de ser compartidas, según las investigaciones más recientes
A pesar de su falsedad, las «fake news» se han convertido en todo un mercado cibernético, pues tienen tres objetivos: desestabilizar, influenciar y monetizar, sin importar sus consecuencias que van desde
las bromas, hasta la agudización de los conflictos mundiales.
El medio más utilizado para este tipo de difusión es el Facebook, desde donde se logran metas hasta para determinar procesos electorales, por ejemplo: Las campañas de Donald Trump y Hilary Clinton fueron
saturadas de noticias falsas que tuvieron más interacciones que las verdaderas.
Los ejemplos en las redes son muchos: «El coronavirus fue creado por el gobierno estadounidense», «El Papa Francisco apoya la candidatura de Tromp», «Donald Tromp ofrece vuelos a México y Africa para quieness
quieran abandonar Estados Unidos», «Covid 19 y la tecnologia 5G están relacionados», etc.
También se divulgó que «Bill Gates y su fundación desarrollaron el Coronavirus y que su vacuna contra la polio fue responsable de paralizar a 490 mil niños.
Por este motivo, Facebook y Mark Zuckerberg han estado bajo presión para tomar más medidas contra las noticias falsas.
Lejos de ello, esta práctica ha llegado a poner en gran peligro la paz mundial, pues el gobierno ruso hace muy serias advertencias y acusa a Estados Unidos de divulgar noticias falsas respecto a la invasión de Ucrania.
Hemos visto ejemplos de noticias falsas que van desde lo humorístico o sumamente ridículo, hasta las que tienen un impacto real en guerras y conflictos.
Hoy más que nunca, debemos ser muy cuidadoso al compartir o interactuar con las noticias.
Con tata información al alcance de nuestras manos, caer víctimas de noticias falsas es cada vez más fácil.
Todos debemos evitar su divulgación e interacción con las aplicaciones detectoras de este tipo de información. Nos corresponde pues compartir solo información verídica.
Por ello, también es importante tener una redacción e interpretación, clara y ordenada de la información.
No basta tener un teléfono celular y una cuenta en redes para ostentarse como periodista, el profesionalismo, la experiencia y la ética deben prevalecer.
Pero, la tuya… la tuya es la mejor opinión.
