Las aflicciones, esperanzas y alegrías de los pobladores de una región de México han quedado registradas a lo largo de los años en imágenes religiosas conocidas como exvotos, retablos o milagritos.
Se trata de obras artísticas albergadas en el santuario de San Miguel Arcángel del municipio de San Felipe, en Guanajuato, y expresan los intereses e inquietudes de los habitantes del Bajío mexicano, consideró el académico de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad León de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Miguel Santos Salinas Ramos.
Estas piezas de arte popular, agregó, permiten estudiar la vida cotidiana, la organización social y las prácticas religiosas de quienes elaboran estos retablos.
El santuario fue construido en 1869 y, de acuerdo con el investigador, las piezas artísticas concentran problemas como la migración, accidentes y padecimientos de salud, elaboradas en un lapso que va de 1867 al 2010, con más de 114 obras.
«Los exvotos nos muestran algunos problemas de los campesinos, como la amenaza de perder sus cosechas por una sequía, la satisfacción de alguien porque encontró a un animal extraviado o porque su ganado se alivió de una enfermedad», explicó el universitario especialista en humanidades.
Además recordó que el norte de Guanajuato ha aportado migrantes a Estados Unidos desde principios del siglo XX, porque entre los retablos son comunes agradecimientos por regularizar papeles de residencia o por el cruce de la frontera.
«Reflejan las preocupaciones pero también las esperanzas, las formas de agradecer de estas personas sencillas que no son autoridades y que sus problemas rara vez llegan a plasmarse en un documento», señaló.
La UNAM destacó que los exvotos son una tradición europea cultivada durante la Edad Media y que el destino de estas pinturas eran los altares de las iglesias.
Inicialmente, señaló el estudioso, eran elaboradas por pintores de academia por encargo, pero fueron surgiendo artistas populares que aprovecharon la disponibilidad de materiales baratos.
Otro factor para su diversificación es que durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX México vivió varias guerras, como la guerra cristera, la Revolución mexicana, las guerras de reforma o la restauración de la república ante la invasión francesa, por lo que las personas aprovechaban los exvotos para agradecer la supervivencia de sus familiares.
El universitario distinguió que si bien hay exvotos en varias partes del país, abundan en Jalisco, Guanajuato y Zacatecas.
También advirtió que debido al saqueo de iglesias y la negligencia gubernamental, estas piezas se venden en galerías, o bien que aunque es frecuente que estén en museos, su lugar original son los recintos religiosos.