Lic. Francisco Sunderland Álvarez
“Porque una mujer que es honrada, es caso llano
que no la podrá vencer ningún interés humano.”
(Lope de Vega en su obra El mejor alcalde, el rey.)
María Corina Machado, en caso que estas líneas lleguen a tus ojos, es preciso que sepas y te quede claro, que la inmensa mayoría de los mexicanos aplaude, reconoce y vitorea tu esfuerzo y dedicación al luchar por la libertad de Venezuela y, como corolario, el reconocimiento internacional con el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz. ¡Felicidades a nombre de México!
Y sin más proemio, te comparto un botón de muestra de lo que ha publicado la gran escritora mexicana Cayetana Mars.
“María Corina Machado no aparece, irrumpe; no llega caminando por la escena política latinoamericana, la atraviesa como un relámpago que no pide aplausos ni permiso, solo deja la marca de lo irrepetible.”
“En una región acostumbrada al caudillo vociferante y al mártir de utilería, su sola presencia descoloca porque no promete redención ni administra esperanzas ajenas.”
“Ella exige algo mucho más incómodo: carácter. Y el carácter, cuando es auténtico, siempre resulta peligroso para el poder.”
“Venezuela no es hoy un país, es una herida administrada; un territorio en donde el miedo aprendió a vestirse de normalidad y la resignación se vende como prudencia. Allí decir la verdad, no es una postura ética sino una forma de desafío.”
“Por eso, su voz pesa, no porque grite sino porque no se quiebra; no porque seduzca, sino porque permanece. Cada intento de borrarla ha terminado por delinearla mejor; cada veto, la ha vuelto más nítida; cada agresión ha confirmado lo que el régimen teme: que hay convicciones que no se negocian.”
“El autoritarismo siempre comete el mismo error: confunde silencio con consentimiento; cansancio con derrota. Cree que repetir la humillación desgasta la dignidad pero, con María Corina Machado, esa lógica se rompe.”
“Ella no se ofrece como salvadora ni se disfraza de consigna. Se presenta como ciudadana adulta en un sistema que necesita súbditos dóciles y, esa sola condición la vuelve insoportable para un poder que vive de domesticar conciencias.”
“No es la heroína de la épica fácil, es algo más inquietante: la mujer que no claudica sin convertir su resistencia en espectáculo no pide compasión internacional ni acomoda su discurseo al aplauso extranjero. Habla desde un lugar más peligroso: la coherencia y, la coherencia, cuando es sostenida bajo persecución, se vuelve un acto revolucionario.”
“La historia suele premiar al estruendo y olvidar al pulso largo; celebra a los incendiarios y archiva a los persistentes pero llega un punto en que el ruido se evapora y solo queda la estatura moral.”
“María Corina Machado pertenece a esa estirpe rara que no se doblega para sobrevivir ni se corrompe para avanzar.”
“Las naciones no se rescatan con frases memorables ni con promesas bien maquilladas; se salvan cuando alguien en medio de la presión decide no mentirse; cuando alguien sostiene la verdad aunque el costo sea el aislamiento, la persecución, la intemperie.”
“En ese territorio invisible donde se define el destino de los pueblos, ella ya ha ganado algo que ningún régimen puede confiscar, porque hay derrotas que humillan y resistencias que fundan; hay figuras que no necesitan llegar al poder para cambiar la historia.”
“Basta con que se mantengan de pie cuando arrodillarse parecía la única forma de seguir respirando y, allí, María Corina Machado deja de ser una dirigente venezolana y se convierte en una referencia moral para una época que había olvidado el valor de no rendirse.”
“Y cuando el tiempo pase lista no preguntará ¿quién gobernó?, sino ¿quién no se traicionó? Es en estas preguntas finales en que su nombre se ve que arde con una claridad que ningún silencio podrá apagar.”
(Todo lo entrecomillado ha sido escrito y firmado por Cayetana Mars, a quien le agradezco su beneplácito para poner en conocimiento de ustedes este reconocimiento a una mujer imparable y honrada con el Premio Nobel de la Paz).
Universalmente les deseo, hoy y siempre, Salud, para que logremos nuestros objetivos en la vida. Fuerza, para que no nos desalentemos ante las adversidades y, Unión, para que no seamos divididos en nuestras convicciones.
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