El pasado viernes 3 de febrero, Pablo Lyle recibió una sentencia de cinco años en prisión y ocho en libertad condicional por el delito de homicidio involuntario que cometió durante un incidente vial en 2019 y que derivó en la muerte de Juan Ricardo Hernandez.
El actor mexicano fue trasladado al South Florida Reception Center, una cárcel temporal hasta que le asignen la prisión en donde cumplirá su sentencia. A su llegada fue sometido a una serie de exámenes físicos y psicológicos, de los cuáles en los próximos días recibirá los resultados con los que las autoridades decidirán su destino.
Mientras tanto, el actor deberá apegarse a las reglas de comportamiento que están establecidas en el manual de orientación para el detenido que le fue entregado a su ingreso, en donde se explican el comportamiento, procedimientos y rutinas de la institución que deberá cumplir, reportó el programa ‘Ventaneando’, que tuvo acceso al documento.
Para evitar que Pablo sea sancionado deberá acatar el reglamento, el cual establece que no puede «estar fuera de su área de alojamiento sin su identificación y debe ser visible en todo momento».
Tampoco puede estar «en un área no autorizada, excepto cuando esté acompañado y supervisado por empleados del departamento». Si llega a romper la regla podrá «ser interpretado como un intento de fuga y se tomarán las medidas apropiadas». También, siempre deberá portar el uniforme azul y los zapatos entregados por el estado.
En el manual se explica que desde el primer día se le asignó una cama de la cual » será responsable de la limpieza», esto incluye su «caja de pertenencias personales y el piso alrededor de la cama». También será el responsable «de asegurar que el espacio de su alojamiento esté libre de contrabando».
El manual del South Florida Reception Center señala que las visitas «son un privilegio y no un derecho», por lo que hay reglas estrictas al respecto. «Los detenidos podrán recibir visitas programadas regularmente de las personas en su lista aprobada de visitantes, excepto durante el proceso de admisión», estas se llevarán a cabo los sábados, domingos y días festivos.
Los internos tienen atención médica regular, así como acceso a la biblioteca, educación académica y capacitación vocacional. Reciben tres comidas diarias y «pueden enviar y recibir cartas que serán revisadas para evitar cualquier tipo de contrabando», se explicó en el programa. A Pablo Lyle se le asignará un trabajo «al que no puede negarse».
