“Lo que no es bueno para el enjambre, no es bueno para la abeja” Marco Aurelio (121-180)
Lic. Francisco Sunderland Álvarez
Desde hace muchos años se dizque “modernizó” la formación escolar respecto de la materia de “Civismo” denominándose actualmente “Formación Cívica y Ética” y, en otras instituciones se denomina “Ética Ciudadana”, materias en las que intervienen no sólo los profesores y alumnos sino, las autoridades y sobre todo, quienes más responsabilidad tienen: los padres o tutores.
Si cada parte cumpliera responsablemente con el esfuerzo y dedicación que les corresponde en la formación de lo que es el civismo, dudo que tuviéramos saturadas las cárceles o como ahora pomposamente se les llama: “Centros de Readaptación Social”; ni habría déficit en las finanzas públicas, ni detenidos, ni prófugos ni, consecuentemente, impunidad, dando esto como resultado el hecho de que no habría temor alguno de salir a la calle con el riesgo de ser asaltado, secuestrado, levantado, etc., y se viviría con una total y absoluta tranquilidad que, hoy por hoy, lamentablemente no existe en casi ningún lugar del país.
Y mucha de esa carencia obedece a una vulgar e irreverente expresión de: “Al diablo con sus instituciones”, siendo que éstas proceden de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, misma que se juró o protestó cumplir cabalmente y que no solamente se ve que no se cumple, sino que, descaradamente de violenta y se hace alarde de ello.
Las mentes subdesarrolladas festinan esos actos sin percatarse que lo único que se logra es que México se acabe de fraccionar, se venda o regale para el pago de deudas interna y externa y vamos acabando sin mas país que el que viva en nuestra mente. Es decir, los papeles se invertirán.
El hecho de ser una persona cívica, implica demostrar un celo por las instituciones e intereses de la patria, pero no menos importante es conducirse ética y honestamente, con un comportamiento respetuoso para con las demás personas así como respecto a las normas de convivencia pública, , situación de la que hoy por hoy, como he señalado, se está ayuno.
Esta responsabilidad social puede empezar desde el hecho de inculcar en los niños y jóvenes, el arreglar la cama; tener limpio y en orden el cuarto, cómoda o vestidor; asear sus zapatos, lavar los trastes después de los alimentos, etc.
Con estos sencillos ejercicios es posible generar un fuerte impulso en el ánimo, en la responsabilidad que, desde temprana edad se va fortaleciendo el carácter y la consciencia de la propia responsabilidad, logrando así evitar vergüenzas como el hecho de que se catalogue a nuestro país como uno de los más corruptos del planeta, según Transparencia Internacional 2017 (www.transparency.org) “ranqueado” de entre 180 países en el lugar 135 (junto con Rusia, Paraguay, Laos, Kyrgyztan, Papua Nueva Guinea, República Dominicana y Honduras).
Y como señalé, también tiene una muy importante responsabilidad cívica la autoridad y en cuestiones tan simples como detener y/o asegurar motocicletas que carezcan de placa o que los motociclistas y pasajeros carezcan de casco; de quienes vayan manejando con una criatura entre esas personas y el volante y, en ambos casos, cuando se invada con el vehículo el paso peatonal.
Da la impresión de ser simplezas, pero no por simples dejan de ser muy relevantes, pero mientras se carezca de voluntad administrativa para hacer valer la norma, nada se va a mejorar y esto, muy por encima de que estén amontonadas patrullas (entre federales, estatales y municipales) creando embudos que solo entorpecen la circulación vehicular.
Pero esto, es solo el comienzo que parte de observaciones respecto al sentir social que deja ver como las autoridades administrativas no cumplen con su denostada función pública.
Quien sabe cuántas generaciones faltarán para que se logre lo que apuntaba el humorista español José Luis Coll (1931-2007): “Un país habrá llegado al máximo de su civismo, cuando en él se puedan celebrar los partidos de futbol sin árbitros.”
Así vemos que, padres, tutores y autoridades, están en gran deuda con la sociedad pero también ésta debe poner de su parte actuando con responsabilidad.
Universalmente les deseo, hoy y siempre, Salud, para que logremos nuestros objetivos en la vida. Fuerza, para que no nos desalentemos ante las adversidades y, Unión, para que no seamos divididos en nuestras convicciones. Prohibida su reproducción parcial o total. La copia o distribución no autorizada de este artículo por el autor y, en su caso, su correspondiente imagen, infringe los derechos de autor.
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SI NACISTE BUEN MEXICANO, ¿LO SIGUES SIENDO AHORA?