“Facilis descensus averni”
“La bajada al infierno es muy fácil”
(Virgilio, La Eneida, VI,126)
Mucho trabajo costó el que México haya logrado una magra democracia para que quienes, gracias a ella, llegaran a presidir el País, ahora promuevan la destrucción de todo ese trabajo de equilibrios logrado con esfuerzo y sacrificio.
De hecho, los primeros golpes de “pico y pala” ya se han estado dando, si, con mucha habilidad y maquiavelismo ante la pasividad de una indolente y valemadrista sociedad dizque “pensante” a la que, mientras no le modifiquen su estado de confort, seguirá apoltronada.
40% del padrón electoral NO emitió su voto. ¡Qué desgracia para México y qué deshonra para las personas abstencionistas! Fuimos advertidos con oportunidad de lo que le podía pasar o le va a pasar al país y, ahora, ese proceso ya está en marcha y dudo que vaya a haber vuelta atrás.
Sin embargo, hay un bastión que aún sigue fuertemente de pie y depende de todos los mexicanos que así siga, aún por parte de los simpatizantes y beneficiados de las prebendas del gobierno comunista en el poder.
Me refiero a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, garante de los principios plasmados a todo lo largo del texto de la actual Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y que da fuerza primordial a las Garantías Individuales, a los Derechos Humanos.
Ciertamente depende de todos los mexicanos que ese equilibrio de poder siga sólidamente en pie y, el primer paso para erguirse en su favor y defensa, habrán de darlo, sonora y fuertemente, la Barra Mexicana de Abogados; los Colegios de Abogados de cada Municipio y de cada Estado de la República, así como cada abogado postulante e inclusive de aquellos que, aunque recibidos, hayan dejado la práctica por la razón que así les haya convenido en su vida,
Que los Ministros, Magistrados, Jueces, Secretarios, Actuarios, por medio de sus Colegios, Asociaciones, Agrupaciones, etc., unan sus esfuerzos y convicciones para que quienes se pretenda que lleguen a ocupar esos delicados cargos, no sean de esos fiscales que en un día les otorgan su título de licenciado en derecho y ostentando el mismo día su cédula profesional expedida por orden presidencial y por conducto de la Secretaría de Educación Pública por medio de la Dirección General de Profesiones. Lo mismo que Tesis Profesionales “fusiladas” y, en ambos casos, el cinismo los sostiene en sus designaciones.
¡Vaya vergüenza de pueblo que lo tolera, que no replica! Bueno, en dado caso, es un pueblo cómplice de la brutal corrupción.
Pero en fin, como no se quiere que sea el titular del Poder Ejecutivo Federal quien proponga a los candidatos, entonces, la solución ética es por demás sencilla: Qué de los Claustros Universitarios, de los respectivos Colegios, de la Barra Mexicana de Abogados, de los Investigadores Jurídicos Universitarios, Empresariales e incluso Gubernamentales, se propongan los candidatos que consideren viables con todo el respaldo comprobable de su capacidad, entereza, conocimientos, irreprochable ética, principios formativos, etc., para que se les considere viables para ejercer esos cargos de alta, muy alta responsabilidad y sean seleccionados por abogados postulantes ajenos al Estado y, cuando se haya completado la selección, se someta a la aprobación del Senado de la República quien, en caso de rechazar algún candidato, deberá emitir clara, precisa y fundada justificación de su objeción.
Aquellos obsecuentes que busquen llamar la atención para destacarse como súbditos obsecuentes a la voluntad dictatorial, provocarán una bajada al Averno más rápida y caliente del cuarto en adelante.
Universalmente les deseo, hoy y siempre, Salud, para que logremos nuestros objetivos en la vida. Fuerza, para que no nos desalentemos ante las adversidades y, Unión, para que no seamos divididos en nuestras convicciones. Prohibida su reproducción parcial o total. La copia o distribución no autorizada de este artículo por el autor y, en su caso, su correspondiente imagen, infringe los derechos de autor. fsacomentarios@gmail.com