Científicos de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, han logrado que un recipiente con algas marinas alimente de energía a una computadora por seis meses, un nuevo hallazgo que podría proporcionar otra fuente de alimentación para sustituir la electricidad.
De acuerdo con el estudio publicado en la revista Energy & Environmental Science, es una colorida colonia de cianobacterias fotosintéticas, conocidas como algas verdeazuladas, la que ha alimentado con éxito un microprocesador durante más de medio año.
No solamente podría darle energía a computadoras. Esta alternativa biológica a las baterías podría servir para alimentar pequeños dispositivos electrónicos sin elementos de tierras raras ni litio, materiales escasos y con una demanda creciente, según los investigadores del estudio.
También puede ser una fuente de energía alternativa para los ciudadanos que residan en lugares rurales o en países de bajos recursos, como lo afirma Chris Howe, bioquímico de Cambride y autor principal del estudio en un comunicado de prensa.
¿Cómo hicieron el descubrimiento?
Durante la pandemia del coronavirus COVID-19 y sus variantes, el sistema informático basado en algas se colocó en la ventana de la casa de otro bioquímico de la referida casa de estudios, Paolo Bombelli. Estuvo allí desde febrero hasta agosto de 2021, y todo el tiempo estuvo funcionando, según un informe de New Scientist.
En los seis meses posteriores a la prueba oficial, el dispositivo basado en algas y la computadora siguieron funcionando. Y aunque desde entonces se ha desconectado el microprocesador, el dispositivo de cianobacterias continúa produciendo corriente.
Bombelli fue entrevistado por Gizmodo y habló sobre el recipiente con algas: “Todavía está funcionando y espero que funcione durante mucho tiempo. Dadas las condiciones adecuadas de luz, temperatura y agua, no puedo predecir cuándo se detendrá”.
El microprocesador fue programado para hacer un montón de cálculos y luego verificar su propio trabajo. Hizo esto continuamente en incrementos de 45 minutos, seguidos de 15 minutos de espera, durante meses con la unidad de cianobacterias como única fuente de energía.
A pesar de que las algas dependen de una fuente de luz para alimentarse, el biosistema continuó produciendo suficiente energía para hacer funcionar el microprocesador en la oscuridad. Los científicos atribuyeron este fenómeno a las sobras: Cuando había luz, las cianobacterias cocinaban una sobreabundancia de alimentos, y cuando oscurecía, los microorganismos seguían comiendo los sobrantes.
La computadora, un microprocesador Arm Cortex-M0+, extrajo un promedio de 1,05 microvatios y una corriente eléctrica de 1,4 microamperios, con un voltaje de 0,72 V del cianocubo durante el transcurso del experimento. Para tener una idea de lo logrado por los científicos, una batería AA estándar comienza su vida útil con 1,5 V, y disminuye con el uso.
Sin embargo, aunque los resultados del experimento son prometedores, es importante tener en cuenta que el procesador de la computadora probada usa muy poca energía y solo requiere 0,3 microvatios para funcionar. “Poner uno en tu tejado no proporcionará el suministro de energía para tu casa, por ahora”, reflexionó Howe.