Washington, D.C. – El expresidente Donald Trump volvió a encender las alarmas en el escenario comercial internacional al advertir que, de regresar al poder, su administración podría imponer un arancel adicional del 50% a los productos chinos. La amenaza surge como respuesta a las recientes represalias económicas anunciadas por Beijing.
La tensión crece mientras la Casa Blanca informó que los aranceles adicionales que Estados Unidos evalúa podrían alcanzar hasta el 104%, marcando un endurecimiento significativo en la política comercial bilateral.
“China ha estado aprovechándose de Estados Unidos por años. Eso se va a acabar”, declaró Trump durante un mitin en Michigan. Las nuevas medidas buscan contrarrestar lo que la administración considera prácticas desleales por parte del gigante asiático, incluyendo subsidios gubernamentales y manipulación de mercado.
La respuesta de Beijing no se hizo esperar, calificando la amenaza como “un acto irresponsable que socava la estabilidad económica global”. Analistas internacionales advierten que un incremento de esta magnitud en los aranceles podría desencadenar una nueva guerra comercial, con impactos directos en el consumo y la inflación global.
Mientras tanto, los mercados reaccionan con cautela, a la espera de una posible escalada que afectaría no solo las relaciones entre las dos mayores economías del mundo, sino también el comercio internacional en general.