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Irapuato
domingo, diciembre 22, 2024
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¡Te buscaré hasta encontrarte!

“Las buscadoras” se vuelven arqueólogas, detectives y expertas en leyes mientras rastrean las pistas de los desaparecidos.

En Irapuato desaparecen dos personas al día. Cada vez se forman más colectivos y se suman más familias a las búsquedas. Su único objetivo es encontrarlos, con vida. ¡Quieren volver a abrazarlos!, claman con voz firme y un rostro muy cansado, pero lleno de esperanza, contra todo pronóstico.

Mi más grande temor es irme sin saber qué fue lo que pasó con mi hijo.
Guadalupe N. no duerme desde hace tres años, por las noches, solo dormita en un sillón rojo de su casa, cree que si se mete a la habitación a dormir no verá cuando llegue su hijo; cada ruido que escucha de noche, cree que es él y despierta, se asoma hacia la puerta, pero nada.

Su hijo Joel desapareció el 18 de marzo del 2019, esa tarde se fue con un hombre de una moto verde; en la noche sus hijos pequeños, su esposa y su mamá lo esperaron porque él siempre les llevaba pan y leche para cenar, pero ese día ya no volvió. Su hijo mayor cada día crece más, ya se pone su ropa y en su corazón siente que su papá volverá. Los dos más pequeños aún lo esperan, pero ya casi no recuerdan su rostro.

Las madres de los hombres y las mujeres desaparecidas en el estado de Guanajuato, los han buscado hasta el cansancio, en casas abandonadas, en fosas, en las morgues. Foto: T-Informa

Su familia, pero en especial su mamá, lo han buscado hasta el cansancio, contaron que alguna vez, las autoridades detuvieron a la persona que presuntamente se lo llevó. En esa ocasión, sus familiares exigieron a la Fiscalía que le sacaran la verdad, querían saber ¿a dónde se lo llevó?, ¿qué hicieron con él?, meses después el presunto responsable de llevárselo salió y a los pocos días lo mataron. Ahí, dice Guadalupe, perdió la oportunidad más grande de saber dónde está su hijo.

“A veces sueño que entra por la puerta, pero nunca llego a él, le digo ¿Hay Joel pues dónde andabas?” y cuando quiere acercarse a él, su hijo se le desvanece entre la bruma y despierta nuevamente exaltada y llorando, así son muchos de sus días.

En cada hogar de una persona desaparecida, hay una fotografía de ellos, con velas, a veces con santos; es el lugar donde sus familiares pueden hablar con ellos en los días más difíciles. Foto: T-Informa.

De acuerdo con un informe de la Fiscalía General del Estado de Guanajuato, brindado a través de la Plataforma Nacional de Transparencia, con información de la Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos de Desaparición Forzada y Desaparición cometida por Particulares, de enero del 2018 al 30 de abril del 2022, se han aperturado 11 mil 316 investigaciones de personas desaparecidas en el Estado de Guanajuato.
Irapuato ocupa el segundo lugar en desapariciones forzadas a nivel estatal.

El municipio de Irapuato ocupa el segundo lugar a nivel estatal en el número de investigaciones por personas desaparecidas. En cinco años han desaparecido 2 mil 170 personas, esto equivale a 50 personas por mes, en promedio, dos por día; en el 2018 se registraron 508 desapariciones, en el 2019, 600 desapariciones, en el 2020, fueron 507 desaparecidos, en el 2021, 418 y en el primer trimestre del 2022, ya van 137 personas desaparecidas, hasta el mes de abril.

El municipio que ocupa el primer lugar en desapariciones forzadas es León, con 2 mil 614 personas de enero del 2018 al mes de abril del 2022. Un promedio de 52 personas desaparecidas al mes. Después le sigue Irapuato con 2 mil 170 personas desaparecidas y en tercer lugar, Celaya, con 1 mil 349 personas desaparecidas del 2018, a la fecha. En el municipio que solo ha desaparecido 1 persona en cinco años, según la información de la Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos de Desaparición Forzada y Desaparición cometida por Particulares, es Atarjea. Estas cifras son solo de las denuncias que se interponen, pero un gran porcentaje de las familias de desaparecidos no denuncia, por miedo.

Cifras de personas desaparecidas en el Estado de Guanajuato.
Fuente de información: Fiscalía Especializada de Investigaciones de Delitos de Desaparición Forzada y Desaparición cometida por particulares. (A través de la Plataforma Nacional de Transparencia -PNT-)

Te matan en vida, no solo se llevan a tu ser querido.

Dulce N. tenía 27 años cuando desapareció. Se la llevaron un 16 de julio del 2020 a plena luz del día. Eran las 3 de la tarde.

“Es un dolor que a nadie se le desea, nadie me ayudó a publicar la foto de mi hija, ni un periodista, ni las autoridades, nadie. Es una cosa bien triste. Era mi única hija. Mucha gente la conocía; era una madre luchadora, guerrera, a pesar de todas las adversidades que pasó, ella era muy alegre. Ella era padre y madre para sus hijos. Cuando le pasó todo esto, se nos hizo algo increíble, nadie lo podía creer. Mi hija era alegre, muy carismática” platicó Tere N., mamá de Dulce.

El 27 de agosto del 2020 la encontró. Teresa tuvo que reconocer a su hija de entre decenas de rostros de mujeres que le mostraron en una “galería” de personas desaparecidas en todo el Estado. Presuntamente hay más en el Semefo, sin reconocer.
“Me pasaron a galería…, había muchas muchachas, muchas. ¡Ahí estaba mi hija!; entré en shock, pero la vi con los ojos abiertos y pensé que estaba detenida, quería preguntar cuánto era por que la dejaran salir. Ahí mi hermano me abrazó. Nunca pensé que la iba a encontrar así” platicó con los ojos tristes.

Teresa piensa que las autoridades tenían tiempo de haberla salvado y no lo hicieron, pues se determinó que murió cuatro días después de que desapareció, pero no la buscaron a tiempo y la mataron.

“A veces la sueño, me dice: ¡Mamá acá estoy ven!. Una vez la soñé con un trajecito muy bonito, cruzado, me dijo ¿mamá verdad que me veo linda?, le dije sí hija estás hermosa” Tere, en el sueño le suplica a su hija que ya no se vaya.

Aunque encontró a su hija y pudo sepultarla, Tere aún sale a las búsquedas con el Colectivo, pues platica que le da paz poder ayudar a más personas a localizar a sus seres queridos, aunque no sea en la forma que quisieran.

Las búsquedas muchas veces no terminan con la localización de los cuerpos, el dolor les queda para siempre./ Foto: T- Informa.

“Para mí es duro decirlo, aunque haya más hijos, en mi caso yo solo tenía una hija, pero no se reemplazan los hijos” contó Tere.

“Ocupamos de todo el apoyo de las autoridades, nosotros tenemos que andar buscando en cerros, caminar, más en tiempo de calor, o las lluvias que no nos dejan trabajar y tener que buscar, yo estoy con ellas hasta que encuentren a su ser querido. Así como ellas me ayudaron, me apoyaron en todo mi proceso. Yo sigo llorándole a mi hija, en silencio, me encierro en un mundo que a nadie se lo deseo y que a las demás personas que no han pasado por esto que no se admiren, porque no estamos salvas de que nos pase alguna situación así” contó la madre de Dulce, la joven que dejó dos hijos.

Te buscaré hasta encontrarte
Aunque se encuentre sin vida al ser querido, su recuerdo y el dolor no se apartan nunca de la familia. /Fotos: T- Informa

“Hasta Encontrarte”

El colectivo “Hasta Encontrarte” surgió con un grupo de alrededor de 70 mujeres con sus familias, que buscan sin descanso a sus familiares desaparecidos; han ido a la Fiscalía General del Estado de Guanajuato a pedir que los ayuden, al principio le echaban muchas ganas, pero después, hasta se les esconden. Han tenido que identificar de entre cientos de cadáveres a sus hijas, hijos, a sus hermanos y nietos. A veces los han encontrado en situaciones desgarradoras. Han recorrido cerros, han caminado senderos que al final no llevan a nada, pero con la esperanza de hallarlos, si ya no vivos, por lo menos en una fosa, para darle sepultura y “tener donde llorarles”.

La primera marcha que hizo el colectivo fue del DIF hasta la Fiscalía.

Ese día “queríamos que nos dieran información sobre la fosa que encontraron en San Antonio, por redes sociales hicimos la invitación a que se unieran más personas que tuvieran a algún familiar desaparecido; hubo mucha respuesta, antes éramos poquitos, pero ahí llegaron muchas familias en la misma situación. Hay de Pénjamo, de Celaya, de Salamanca. También se formaron en otros municipios colectivos; en Juventino Rosas, en Celaya. A nivel nacional hay casi en todo el país, pues fosas hay en todos lados” platicó una mujer miembro del colectivo “Hasta Encontrarte”.

El pasado 10 de mayo, el colectivo “Hasta Encontrarte” realizó una manifestación pacífica en la Plaza de los Fundadores. Ese día las mamás de hombres y mujeres desaparecidos, llevaron cartulinas y las fotografías de sus seres queridos que desde hace meses o años que no los han vuelto a ver. Ese día consignaron: “nosotros no tenemos nada que festejar, nos han quitado un pedacito de nuestro corazón”. Había también niños y niñas, con fotografías en sus manos, ellos no volvieron a ver a sus padres; a uno o a los dos, a sus hermanos o tíos.

Mujeres, principalmente, del Colectivo Hasta Encontrarte, se manifestaron el pasado 10 de mayo en la Plaza de los Fundadores. Foto: T- Informa

En cada hogar donde hay una persona desaparecida, la dinámica familiar cambia, los vecinos se alejan, incluso familiares y amigos de las familias, pues tienen miedo. Aunque, después, también se hacen familia entre las mismas buscadoras, pues entre ellas entienden su dolor y al apoyarse mutuamente, se encariñan y se hace una gran comunidad, la mayoría de las veces. En cada hogar hay un pequeño altar donde pueden hablar con su ser querido, la mayoría de las veces le preguntan, viendo su foto; ¿Dónde estás?.

La esperanza de volver a ver a mi hermano me mantiene de pie.
Juan N., desapareció el 18 de febrero del 2020. Tenía 37 años. Un grupo de hombres armados entró por él en la casa donde vivía con sus papás, personas ya mayores. Desde entonces no lo han vuelto a ver.

“Yo me salía sola a buscar antes de pertenecer a un colectivo, iba buscando entre los matorrales, en las orillas de las carreteras. Al principio tenía más posibilidad de encontrarlo, han pasado ya los años y siento que ya no lo voy a encontrar, no quiero perder la esperanza, pero cuando pienso ¿cómo lo voy a reconocer? si lo halláramos después de tanto tiempo. Recorrí todo Irapuato para encontrarlo” platicó Karla N, hermana del hombre desaparecido.

“Un día lo soñé muy triste, me dice: búscame, búscame, le digo sí, sí te voy a buscar. Muchos me dicen; el día que tu hermano desapareció desapareciste tú. Y sí es cierto” platicó Karla N.

Para la familia de Juan ha sido muy difícil el proceso; desde el primer día que desapareció, a la fecha, no hay día que no lo busquen. Su hermana se ha convertido en una de las principales luchadoras, aporta recursos, tiempo, escucha a más víctimas y las apoya para encontrar a sus seres queridos.

Cuando le piden apoyo por una nueva desaparición, las orienta y les da el acompañamiento que ella no tuvo.

“Cuando yo fui a interponer la denuncia salí de la Fiscalía y dije, ¿ahora qué hago?, se te cierra el mundo, es algo nuevo, no sabes a dónde buscar” platicó Karla.
Las buscadoras platicaron que además de las autoridades, la población en general tiene miedo, si denunciaran, si reportaran y si dejaran de revictimizar, sería avanzar un paso más en el tema.

“Todavía no quitamos el estigma “por algo se los llevaron” “andaba en algo”, pero nadie estamos exentos de que nos pase, que si ven que si salimos a gritar, a marchar a caminar, es una situación que nosotros no la deseábamos, al igual que nadie” contó Karla N.

Las mujeres buscan a sus familiares por todos lados/ Foto: T- Informa

Las madres de las mujeres desaparecidas padecen a diario; piensan que, si las mataron, ¿en qué forma perecieron?, ¿sufrieron?, ¿les hicieron daño?, ¿tomaron agua?, ¿comieron?, pensamientos que una mamá siempre tiene. Las madres, esposas e hijos de los hombres desaparecidos no dejan de preguntarse todos los días, si ellos aún viven, si los tienen en alguna situación que ellos no puedan escapar, si padecen frío, hambre, si están en otro país haciendo algo que ellos no quieren, esas son preguntas que a diario los familiares de una persona desaparecida se hacen, por ratos se dan por vencidos y piensan que tal vez ya están muertos, pero, ¿dónde están sus cuerpos?, los familiares platican que no buscan culpables, solo quieren recuperar a sus familiares, estén como estén, tener un lugar dónde llorarles.

El Colectivo “Hasta Encontrarte” ha apoyado a otras personas a buscar.

El menor Juan David Martínez Bonilla de 11 años, desapareció hace ya dos semanas. Se presume que el menor podría haber sido asesinado por su padrastro, un elemento de la Policía en activo, quien ya fue puesto a disposición de las autoridades. Sus familiares se manifestaron en la Fiscalía de Irapuato para exigir que se apresuren las investigaciones, pues hasta finales de mayo, el cuerpo del pequeño no había sido localizado.

El Colectivo Hasta Encontrarte ha apoyado en la búsqueda, en lo que pueden, pues ellas ya tienen experiencia, otros colectivos también han apoyado, así como la familia del pequeño han buscado el cuerpo del menor, imparablemente.

De acuerdo con información proporcionada por la Fiscalía Especializada en materia de Derechos Humanos, a través de un documento obtenido mediante la Plataforma Nacional de Transparencia, en el periodo comprendido del 1 de enero del 2018 al 30 de abril del 2022, se han emitido 1 mil 433 Alertas Amber, de las cuales, a la fecha de registro de localización de 1 mil 310 personas con vida y 65 sin vida. Es decir, 13 menores al año, localizados sin vida. Esta alerta se emite solamente para menores de edad.
Para el caso de mujeres desaparecidas, se agregó el Protocolo Alba, pero la página tiene varios días sin funcionar.

Te buscaré hasta encontrarte
Alerta Amber Protocolo Alba

Las buscadoras / Redadas de búsqueda

Las mujeres buscadoras salen con varillas que mandan a hacer, están hechas en forma de T y tienen un pico, además traen palas y picos, guantes y sobreros para el sol. / Foto: T- Informa.

Para salir a buscar debes de llevar zapatos de los conocidos como burras, suaves y a prueba de espinas, de piedras picudas y de algún animal que pudiera picarte. Las buscadoras además llevan unas varillas que ellas mismas mandan fabricar, esas varillas las usan para buscar los cuerpos; pican con la parte filosa de la varilla y usan de palanca el lado de la forma de “T”, después sacan la varilla y huelen la punta, el olor cuando hallan un cuerpo o restos, es muy característico, se impregna en la nariz y pareciera que todo el día hueles. Ellas han ido a talleres, pláticas, conferencias donde les enseñaron a identificar los restos de un cuerpo humano, de los restos de algún animal silvestre.

“A cualquier búsqueda que vamos mis primeras palabras son darle gracias a Dios. Dios mío, si no es mi paz que sea la de otras familias, para toda madre no quisiera que fuera de esa manera” platicó una de las madres buscadoras.

Cuando dan “con un positivo”, quiere decir que han hallado un cuerpo, se sienten felices porque saben que alguien encontró a su familiar, pero es desgarrador al ver las formas en las que los hallan. Han localizado fosas con cuerpos de hombres, de mujeres o solo con restos de algún cuerpo, hay ocasiones que han encontrado fosas con cuerpos apilados. “Cuando hallamos me doblo bastante, cuando vemos por lo que esos cuerpos pasaron, digo Dios mío no permitas que mi hijo haya pasado por esto” platicó una madre de un desaparecido.

Células de búsqueda

Apenas hace un par de años se han organizado las comisiones de búsqueda de personas desaparecidas a nivel nacional, estatal y apenas hace unos meses, la municipal. “Cuando nuestros familiares desaparecieron en el año 2010 se llamaba no localizados, pero ya había una propuesta para la búsqueda. Como Colectivo fuimos al Congreso de México para presionar y que la ley entrara al Estado de Guanajuato y así hasta hace poco entró la Comisión Nacional de Búsqueda” platicó una mujer, buscadora.

En el Estado de Guanajuato existe la Comisión de Búsqueda, que encabeza la secretaria de Gobierno, Libia García. Cuando inició la Comisión, trabajaban en conjunto las dependencias y apoyaban a los colectivos, sin embargo, las víctimas han comentado que ya no les dan el apoyo necesario.

“Al principio trabajaban muy bien y a la par de nosotros, íbamos las que queríamos, ellos nos empezaron a dar lugares para ir, ahorita nos atienden dos por colectivo y para que nos bajen un ratito y nos llevan luego luego, dicen que por seguridad y ya ni peinamos las zonas como deben ser” palticó otra de las buscadoras.

Actualmente, a las buscadoras las acompañan unas patrullas de FSPE y últimamente una o dos patrullas de Policía Municipal, aunque el secretario de Seguridad Ciudadana, Ricardo Benavides Hernández aseguró que cuando salen con la Comisión de Búsqueda va también Protección Civil y Derechos Humanos.

“No le vamos a aplaudir a las autoridades si no han hecho su trabajo, cómo le vamos a aplaudir a una autoridad algo que no han hecho. Somos un colectivo que no somos conformistas” platicó otra de las buscadoras.

“La primera fosa que se encontró fue la de Salvatierra, que fueron muchos cuerpos, también hallamos un panteón clandestino eran más de 20 cuerpos, pero ya era osamenta, en el Sauz, Villaseñor de Celaya. Al principio se encontraron muchas porque se trabajaba todos los días, ahora ya no” platicó una buscadora.

“Hasta ahorita sabemos que en el momento de la desaparición lo pueden encontrar si se pusieran a buscarlo, pero no lo hacen, los protocolos son esperar más tiempo y es tiempo valioso por la búsqueda. Los primeros segundos son primordiales” dijo otra de las buscadoras.

“Necesitan ser más empáticos con el dolor de las personas, la gente nos enfermamos, nos morimos, que se pongan en nuestro lugar, (deben) hacer su trabajo, apegarse a los protocolos que deben cumplir. Hasta el día de hoy me deben mucho las autoridades” dijo una de las familiares buscadoras.

Las y los buscadores se apoyan entre ellos, se cuidan, padecen el mismo dolor./ Foto: T- Informa

Que se acerquen a los colectivos.

Las personas que tienen a familiares desaparecidos pueden acercarse a los colectivos para que los apoyen.

“Todavía de que andamos en esto, somos mal vistos. Nosotros lo que queremos es hacer conciencia de que por sí ya venimos de esta pena y todavía somos juzgados por autoridades, por la misma gente y hasta por nuestras familias. A raíz de que le sucede a uno esto, la misma familia se retira, tienen miedo a lo mejor, amigos también” platicaron. Sin embargo, también entre las buscadoras se forma una nueva familia, entre ellas y ellos se apoyan, se ayudan, se protegen.

En las búsquedas les ocurren muchas circunstancias a las buscadoras, las han seguido, las han buscado, han desfallecido, pero se recuperan y siguen. / Foto: T-Informa.

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