Ciudad de México., 04 de noviembre del 2025. –
Tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció la puesta en marcha del “Plan Michoacán por la Paz y la Justicia”, una estrategia que —según dijo— busca atender las causas de la violencia sin recurrir a una nueva militarización del estado.
Durante su presentación, Sheinbaum condenó el crimen del edil y aseguró que no habrá impunidad. Afirmó que el Estado mexicano debe garantizar justicia tanto en este caso como frente a la ola de violencia que golpea a Michoacán desde hace años.
El plan, explicó, se basará en tres ejes: seguridad y justicia, desarrollo económico con igualdad y educación para la paz. En el primer punto, se contempla una mayor coordinación entre fuerzas federales y estatales, investigación de homicidios y extorsiones, así como presencia reforzada de la Guardia Nacional.
En materia económica, se buscará apoyar a comunidades vulnerables con programas de empleo y desarrollo regional. El componente educativo, añadió, pretende fomentar valores y cohesión social desde las escuelas.
Pese al tono firme del anuncio, no se detallaron montos de inversión, calendarios ni municipios específicos donde iniciará el programa. La mandataria insistió en que su gobierno no seguirá la ruta de la “guerra contra el narcotráfico”, sino que apostará por una “estrategia de paz con justicia y bienestar”.
El asesinato de Manzo Rodríguez —quien había denunciado amenazas del crimen organizado— evidenció la persistente fragilidad del Estado en regiones dominadas por la violencia. En este contexto, el llamado “Plan Michoacán” aparece como una respuesta política necesaria, pero aún envuelta en incertidumbre sobre su alcance real.
Mientras tanto, la población michoacana sigue esperando que las promesas de paz se traduzcan en acciones concretas, resultados medibles y justicia efectiva, más allá del discurso.




