Aseguran que durante mucho tiempo, los amigos de Camilo Blanes han robado gran parte del legado que le dejó Camilo Sesto.
Camilo Blanes sigue atravesando un momento complicado, a poco más de un mes de que se cumplan cuatro años de la muerte de su famoso papá, el cantante y compositor español, Camilo Sesto.
Y es que después de ser señalado por su adicción a las drogas, ahora se dio a conocer que fue víctima de un robo en su propia casa, en un hecho orquestado «presuntamente» por algunos de sus propios amigos.
Luego de la muerte del intérprete de canciones clásicas como Perdóname y Melina, ocurrida el 8 de septiembre de 2019, su hijo, Camilo Blanes heredó una gran fortuna que, además de dinero y regalías por las composiciones de su papá, incluye también distintos bienes como joyas, ropa, obras de arte, instrumentos y discos de oro, que de acuerdo con el periodista Aurelio Manzano del programa español Fiesta, desaparecieron de la mansión ubicada en Madrid donde vive.
“Algunos amigos han sido beneficiosos, pero otros no tan amigos que han ido llevándose objetos personales y valiosos que tenía Camilo Sesto. Cuadros, bandejas…”, dijo el comunicador.
El periodista español Aurelio Manzano explicó que el robo de distintos objetos de valor de la casa donde vive Camilo Blanes y que forman parte del legado que heredó de Camilo Sesto, se ha realizado poco a poco, durante meses y de manera sistemática, por lo que en este momento es difícil calcular la cantidad exacta de lo despojado.
“Es muy complicado cifrar porque eran objetos personales y, sobre todo, emocionales”, explicó el comunicador. Sin embargo, dijo que “probablemente (el valor de lo robado superaría) más de 100 mil euros”.
Con respecto al robo que ha sufrido del legado de Camilo Sesto, de momento, se desconoce la identidad de los presuntos culpables, pero Camilo Blanes, quien en redes se hace llamar Sheila Devil, ha lanzado indirectas indicando el fin de su amistad con los sospechosos. “Ya les he echado de casa”, comentó en una publicación tras difundirse la noticia.
