Brasil., 30 de octubre del 2025. –
Río de Janeiro amaneció con un escenario de horror tras la que ya se considera la operación policial más sangrienta en la historia reciente de Brasil. Vecinos hallaron decenas de cuerpos en zonas boscosas entre los complejos de Penha y Alemão, luego de una intervención de las fuerzas de seguridad contra el crimen organizado que dejó más de 120 muertos, entre ellos cuatro policías.
La llamada Operación Contención movilizó a más de 2 mil 500 agentes, helicópteros, vehículos blindados y drones. El objetivo principal eran presuntos integrantes del Comando Vermelho, una de las facciones criminales más poderosas del país.
Testimonios de habitantes describen escenas desgarradoras: cuerpos amontonados en calles y plazas, muchos con signos de ejecución. En varios puntos, fueron los propios vecinos quienes trasladaron los cadáveres para que las familias pudieran reconocerlos.
El gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, defendió la acción calificándola como “un éxito”, y afirmó que las víctimas pertenecían a grupos criminales. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos y la ONU han exigido una investigación independiente ante la magnitud de las muertes y las denuncias de abusos policiales.
La Defensoría Pública del estado reportó un saldo superior a 130 fallecidos, cifra que supera la versión oficial.
Las calles amanecieron desiertas, con escuelas y comercios cerrados. En varias favelas se registraron cortes de transporte y bloqueos por parte de grupos armados en represalia por el operativo.
