Osmar Olvera (Ciudad de México, 20 años) es un fuera de serie. El mexicano ha conquistado su segunda medalla en los Juegos Olímpicos de París tras deslumbrar en la final del trampolín individual. Los clavados finos y enérgicos del mexicano le sirvieron para quedarse con la medalla de bronce, detrás de los imparables chinos Siyi Xie y Zongyuan. México suma así su quinta medalla en este verano y supera, hasta el momento, lo que ha hecho la delegación mexicana en Río 2016 y Tokio 2020.
Este jueves, Olvera dio una de sus mejores actuaciones desde el trampolín. No quería alejarse ni un segundo del podio. En sus seis clavados puso la vara alta y quería disputarle el dominio a sus rivales chinos. En la quinta ronda registró una de sus mejores calificaciones en París al conseguir 98.80 de los 100, con un grado de dificultad sumamente alto (3,8), una escena que quedará en el carrete de las grandes memorias mexicanas del deporte. China ganó, pero las tribunas, una vez más, se volcaron hacia el mexicano para arroparle y reconocerle el logro que ha conseguido. No es para menos tras un proceso lleno de turbulencias debido a la falta de apoyo económico por parte de la Conade a todos los deportistas acuáticos.