El fútbol mexicano vuelve a ser el centro de atención después de que diferentes rumores apuntan a que clubes del país, así como de Estados Unidos, podrían volver a competir en la Copa Libertadores en 2024. La información no ha sido confirmada por la Conmebol, pero hay conversaciones y la posibilidad existe. Este es solo un movimiento, entre muchos, que involucra incluso la transferencia de Messi al Inter Miami, lo que debería hacer que México aparezca entre las potencias de las Américas.
En México los equipos son privados y tienen inversiones millonarias. Finalista del Mundial de Clubes 2021, Tigres pertenece a una universidad privada y a un poderoso grupo relacionado con el cemento. De toda la elite del fútbol mexicano, solo Pumas no tiene dueño y está constituido por una asociación civil.
Esa solidez monetaria se evidencia en los fichajes – actualmente, hay más de 200 futbolistas extranjeros actuando en el país, más del doble del número del Campeonato Brasileño. La mayoría de ellos son sudamericanos, pero no todos, tal y como demuestra Sergio Canales, cuya llegada ha supuesto una revolución en todos los sentidos.
Es un fútbol sumamente organizado. La infraestructura de los clubes es de primerísimo nivel, con centros de formación con mucha tecnología y calidad de la parte física total, como las canchas. También es un mercado que trabaja con moneda americana, está valorado y paga muy bien, por eso es atractiva
«Es un fútbol sumamente organizado. La infraestructura de los clubes es de primerísimo nivel, con centros de formación con mucha tecnología y calidad de la parte física total, como las canchas. También es un mercado que trabaja con moneda americana, está valorado y paga muy bien, por eso es atractiva», explica Sandro Orlandelli, miembro de la Academia de la UEFA y especialista en la identificación de talento por parte de la FA, la federación inglesa de fútbol, con formación en Harvard y es ojeador de equipos importantes de Europa, como Arsenal, Manchester United y Saint-Éttienne, de Francia.
