Teherán / Jerusalén, 16 de junio de 2025 –
Las tensiones entre Irán e Israel continúan en aumento tras una nueva ronda de ataques cruzados ocurridos este fin de semana. El gobierno iraní afirmó haber lanzado con éxito una “nueva salva” de misiles contra ciudades israelíes, al tiempo que advirtió sobre futuras operaciones “aún más devastadoras” si continúan las acciones ofensivas por parte de Israel.
Por su parte, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron ataques aéreos dirigidos a instalaciones de la Guardia Revolucionaria iraní en Teherán, acciones que fueron descritas como “precisas” y basadas en inteligencia militar.
Cuarta noche de enfrentamientos
Esto ocurrió en la cuarta noche consecutiva de intercambio de fuego directo entre ambos países, una escalada que ha dejado decenas de muertos y heridos, incluyendo víctimas civiles en ambos lados. Las autoridades iraníes reportan más de 200 personas fallecidas a causa de los bombardeos israelíes, mientras que en territorio israelí se contabilizan al menos 24 muertos tras los misiles lanzados desde Irán.
Israel sostiene que sus ataques están dirigidos únicamente a objetivos militares, mientras que Irán acusa a Tel Aviv de atacar zonas residenciales y centros de investigación.
La comunidad internacional ha expresado creciente preocupación por el rumbo del conflicto. El secretario general de la ONU, António Guterres, llamó a ambas partes a “ejercer la máxima moderación” y a cesar las hostilidades para evitar una guerra a mayor escala. Países como Francia, Alemania y Turquía también han emitido comunicados pidiendo desescalada inmediata.
Estados Unidos, aliado estratégico de Israel, ha respaldado las acciones defensivas del gobierno israelí, aunque también ha instado a evitar una ampliación del conflicto que pudiera poner en riesgo la estabilidad regional.
En su declaración oficial, el Ministerio de Defensa iraní advirtió que, de continuar los ataques israelíes, responderán con “acciones que afectarán objetivos vitales en Israel con una intensidad nunca antes vista”. La amenaza fue interpretada por analistas como un posible preludio a un ataque contra infraestructura crítica o instalaciones militares clave.