CARPE DIEM
Lic. Francisco Sunderland Álvarez
México comienza a hervir. El horno no está para bollos. La miserable persistencia en generar un divisionismo desde el primer día frente a un atril personal y cotidiano, se está debilitando ante toda la población pensante que se ha manifestado en contra, tanto a nivel nacional como internacional.
El pueblo, casi todo, empieza a reunirse (re – unirse) sin izquierdas ni
derechas; sin mascotas ni solovinos; sin chairos ni fifís; sin neoliberales ni emisarios del pasado; sin más mafia del poder que la actual y un solo locutor a quien únicamente los sordos, ciegos, interesados o convenencieros y descerebrados creen a pie juntillas sus peroratas.
El ambiente enrarecido ya ha manifestado su abierto desprecio con un burbujeo de hervor. Solo los fuertes intereses económicos no se preocupan ni se asoman a la triste realidad que a todos nos estalla en la mente, en el corazón y en el bolsillo.
A quienes más afecta es a la población jubilada porque ésta tiene topes en sus pensiones y los aumentos que reciben, son importantes, si, pero no sufragan las necesidades cotidianas.
En todos los lugares se re-etiquetan diariamente los bienes y, en cuanto a los servicios, no con la misma frecuencia pero, es un hecho que el aumento va entre los cien y quinientos pesos, en donde, también es un hecho, se obtiene una nivelación mucho más cercana a los índices inflacionarios que los montos jubilatorios. Pero, de una manera u otra, los ingresos son insuficientes para vivir y sobrevivir, en algunos casos.
Esto debe tener muy contento al locutor porque está logrando una
nivelación de pobreza en la que ni él, su familia y corifeos, llegarán a estar algún día. Sin embargo, ojo, esto no quiere decir que ya se dé por triunfante pues con las alzas de los precios en alimentos, vendrá la escasez en donde las personas humildes o pobres, se darán cuenta que no requieren que los mantengan en el lodazal con un puñado de arroz, frijoles y monedas, obligándolos a que repten por las migajas, lo que llevará a que reconozcan que tienen capacidad para lograr mucho más y que es el locutor quien no los deja crecer como personas al ponerles una bota en el cuello para que sigan votando por él.
Quien ha estado generando esta “pachanga” ha previsto que, si la vida no le alcanza, ya tomó como medida pertinente, aplanar el camino al poder con una alfombra color verde olivo con escoltas de bayonetas caladas, a quienes tiene como dóciles, disciplinados y obsecuentes servidores con talegas llenas de productos del erario nacional.
Sin embargo los mexicanos hemos demostrado, ya en marcadas ocasiones, que nos reunimos en emergencias nacionales sin distinción de especie alguna, sin temor a que una pared se caiga encima de uno por salvar a otro hermano mexicano u otro ser humano. Podemos estar separados en bolitas, como el mercurio pero, sabemos, que en la emergencia nos volvemos a reunir como un todo y que así, como una sola persona, nos ayudaremos entre todos para salir de la desgracia en que, a punta de cotidianas, lentas e hipnotizantes verborreas, se nos pretende enterrar en vida.
Por ello, es de toral importancia que tengamos presente el lema “Tutti Fratelli” (todos hermanos) de San Francisco de Asís que le dirigió a quienes integraban su comunidad y que el actual Papa Francisco emite su Enciclica Fratelli Tutti en que resalta la necesidad de reflexionar y practicar la “fraternidad y la amistad social” que, a primera vista, resulta una utopía pero, llevándola, poco a poco a la práctica, se tendrá que traducir en una práctica, difícil de realizar pero no imposible.
Tengámoslo presente: “Tutti Fratelli”
Universalmente les deseo, hoy y siempre, Salud, para que logremos nuestros objetivos en la vida. Fuerza, para que no nos desalentemos ante las adversidades y, Unión, para que no seamos divididos en nuestras convicciones.
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