Andrés Ortiz
Guanajuato. 01 de noviembre del 2024.
Claudia Sheinbaum concluye su primer mes como presidenta de México enfrentando retos significativos, particularmente en el combate a la violencia y su relación con el Poder Judicial. Desde su toma de posesión, Sheinbaum ha enfatizado una estrategia de seguridad basada en la inteligencia y en la coordinación entre estados, con el objetivo de reducir los altos índices de homicidios. No obstante, a pesar de estos esfuerzos, la violencia sigue siendo un desafío central para su administración.
En la opinión publica, la ciudadanía divide percepciones; entre el agradecimiento por los apoyos sociales como primer ejemplo, o los servicios de salud que aseguran han mejorado para ellos. Pero la división recae en materia de seguridad, con lo que bastante población destaca tanto en redes sociales como al llamado tanteómetro ciudadano que de nada sirven las llamadas conferencias matutinas, si los delitos no son prioridad a resolver.
«Pues de que sirven sus entrevistas, las de las mañanas, para qué si igual andan con los homicidios con la gente. Yo puedo opinar, y ahí va a quedar porque lo principal no nos lo resuelven, no hay solución con temas de peligro. Sí, recibo mi ayuda con la pensión, y ya he dicho que estoy agradecido, pero la seguridad es muy importante también y no se ve por ningún lado», manifestó Raúl Escalera, uno de los inconformes.
En materia de justicia, la mandataria ha tenido fricciones con el Poder Judicial, especialmente en torno a la propuesta de Reforma Judicial. Estas tensiones evidencian una diferencia de enfoques entre el Ejecutivo y el sistema judicial, lo cual podría complicar futuros proyectos de ley.
En el ámbito económico, la mandataria del ejecutivo federal impulsa proyectos de infraestructura para fomentar el desarrollo, con un enfoque especial en las energías limpias. También ha reafirmado su compromiso con la transición hacia fuentes de energía más sostenibles, un área en la que busca diferenciarse de su predecesor.
Sheinbaum Pardo ha lanzado nuevos programas sociales dirigidos a reducir la desigualdad y mejorar las condiciones de vida de los sectores más vulnerables, un pilar de su política social; entre estos, el servicio de salud con atención al hogar y las becas universales para estudiantes de primaria y secundaria.
Además, la presidenta ha hecho un llamado a la paridad de género en todas las áreas de la administración pública, buscando consolidar su imagen como promotora de la igualdad.
En el ámbito internacional, su tono ha sido más diplomático y abierto a la cooperación, un cambio en comparación con la administración anterior, pero manteniendo ciertos principios de soberanía.
Este primer mes de gobierno ha mostrado la complejidad de equilibrar las promesas de campaña con la realidad del poder y los desafíos estructurales de México.