«El dinero es un buen servidor, pero un mal amo”
(Francis Bacon 1561-1626)
Lic. Francisco Sunderland Álvarez
Uno de los debates más grandes de nuestro tiempo, es cuánto de tu dinero debe ser gastado por el Estado y con cuánto tú debes quedarte para gastarlo en tu familia.
No olvidemos nunca esta verdad fundamenta: ”El Estado no tiene ninguna fuente de dinero que no sea el dinero que las personas ganan por sí mismas.” Si el Estado desea gastar más, sólo puede hacerlo tomando prestados tus ahorros o cobrándote más impuestos y no sirve de nada pensar que es “algún otro” quien lo paga. Ese “alguien otro” eres TÚ. No existe tal cosa como “el dinero público”; solo es el dinero del contribuyente.
Démonos cuenta que la prosperidad no llegará inventando más y más programas generosos de gasto público. No te haces más rico pidiendo otra chequera o préstamo al banco o estirando la mano para que el gobierno te de más dinero y, de esa manera, ninguna nación se hace más próspera si grava a sus ciudadanos por encima de su capacidad de pago.
Tenemos el deber de asegurarnos que cada centavo que se recauda en impuestos, es gastado sabiamente y bien. Por esto es que se cerró la ventanilla de Acceso a la Información Pública obstruyendo así la posibilidad de vigilar, como ciudadanos, respecto a dónde va y en qué se gasta nuestro dinero. Más me importaría apostar que seguirán manteniendo a los “ninis”, a los desobligados cuya única devoción es emitir votos en favor de quien ordene su manirroto repartidor de dinero porque, ¡ojo!, ese dinero en nuestro, no es del gobierno.
Proteger el bolsillo de los contribuyentes, proteger los servicios públicos, son dos grandes tareas para quien sabe administrar una nación en beneficio del pueblo, pero del pueblo que trabaja, que cuida a su familia, que protege su país y que no permite que ese dinero se utilice para que la “mafia del poder” que busca solo lograr los objetivos de esa cúpula.
Esas dos tareas, proteger el bolsillo de los contribuyentes y proteger los servicios públicos, demandan puntual cumplimiento y deben ser reconciliadas. Que agradable y popular sería decir: “gasta más en esto”; “amplía más aquello” y, por supuesto, todos tenemos nuestras causas favoritas. Eso se sabe. Pero alguien tiene que hacer las cuentas, todo negocio tiene que hacerlo; toda ama de casa tiene que hacerlo; todo gobierno debe hacerlo y éste tiene que hacerlo y no despilfarrar.
Tantos millones que se mandan a Cuba; a Venezuela, pagos a agitadores cubanos disfrazados de médicos mediante un curso de anatomía de tres meses, etc., son despilfarros enormes y así, los chismes no paran y, los ríos de dinero se van volando por el Golfo de México en lugar de volar a Acapulco, Gro., a Chiapas, a Oaxaca; a San Luis Potosí; a Durango, a Guanajuato.
Pero eso sí, alardean de que el pueblo es el que manda y, de ser eso cierto, dudo mucho que el pueblo les mande regalar dinero a otros países o a dirigentes de dichos países. Lo que el pueblo demanda es que todo ese dinero fluya para las zonas en conflicto ya sea por daños ocasionados por la fuerza de la naturaleza o por la fuerza de los desnaturalizados pero de que son zonas marginadas y minimizadas por el propio gobierno es un hecho innegable.
Ojalá que el gobierno ya adquiera voluntad propia y que escuche el clamor de los mexicanos. ¿Servicio médico como en Dinamarca? Ese servicio se encuentra a diez minutos de una propiedad denominada “La Chingada”.
Y cierro con otra frase, ahora de Thomas Hobbes que considero aplicable para el tema: ”La justicia.consiste en no arrebatar al hombre lo que es suyo.”
Universalmente les deseo, hoy y siempre, Salud, para que logremos nuestros objetivos en la vida. Fuerza, para que no nos desalentemos ante las adversidades y, Unión, para que no seamos divididos en nuestras convicciones. Recordando a Margaret Thatcher. Prohibida su reproducción parcial o total. La copia o distribución no autorizada de este artículo por el autor y, en su caso, su correspondiente imagen, infringe los derechos de autor. fsacomentarios@gmail.com
