Durango., 26 de septiembre del 2025. –
El caso de Paloma Nicole Arellano, una adolescente de 14 años, ha conmocionado a la sociedad duranguense luego de que falleciera el pasado 20 de septiembre tras someterse a una cirugía estética de aumento de senos en una clínica privada. La operación fue realizada sin el consentimiento de su padre, quien acusa a la madre de la menor y al médico tratante de haber actuado de forma negligente y clandestina.
De acuerdo con la denuncia de Carlos Arellano, padre de Paloma, él desconocía por completo que su hija sería sometida a un procedimiento quirúrgico. Le dijeron que Paloma no asistiría a clases porque supuestamente había dado positivo a COVID‑19, y que por ello viajarían a una comunidad serrana del estado. Sin embargo, días después fue notificado de que la menor se encontraba hospitalizada y en estado crítico.
La cirugía se realizó el 12 de septiembre en la Clínica Santa María, y según las primeras versiones, incluía tres procedimientos: aumento de busto, liposucción y transferencia de grasa a los glúteos. El médico responsable, identificado como Víctor, es presuntamente pareja sentimental de la madre de Paloma, quien también habría autorizado la intervención como un “regalo anticipado” por los 15 años de la menor.

Paloma presentó complicaciones graves durante su recuperación, incluyendo un paro cardiorrespiratorio e inflamación cerebral, lo que la mantuvo hospitalizada varios días hasta su fallecimiento.
Durante el velorio, el padre solicitó que se cerrara la capilla para revisar el cuerpo de su hija, y fue entonces cuando constató la existencia de implantes mamarios y señales de la cirugía. Al ver que en el certificado de defunción se atribuía la causa de muerte a una “enfermedad”, sospechó de un intento de encubrimiento y exigió una autopsia.
Carlos Arellano presentó una denuncia formal ante la Fiscalía de Durango para que se investigue penalmente al médico, a la madre de la menor, al hospital y a cualquier persona que haya participado en la cirugía o en un posible intento de ocultar los hechos.
El caso ha generado indignación en redes sociales y entre organizaciones defensoras de derechos de la infancia, que exigen una revisión urgente de los protocolos médicos para evitar que menores de edad accedan a procedimientos quirúrgicos sin el consentimiento de ambos padres o tutores legales




