Andrés Ortiz
Irapuato, Gto., 02 de julio 2025. –
A sus 27 años, Ángel Aguilar ha recorrido buena parte del país persiguiendo un sueño: capturar historias a través de la fotografía. Este lunes presentó su conferencia-documental “Mirada y ritmo” en el Auditorio Azteca de la Universidad Quetzalcóatl, donde compartió su experiencia como diseñador gráfico, fotógrafo, músico y promotor cultural.
El guanajuatense, expuso ante estudiantes y asistentes cómo su camino inició de manera autodidacta, tomando fotos en bares como el Kilkee The Witch House de Irapuato, hasta formar parte de exposiciones, festivales y proyectos respaldados por instituciones como la Secretaría de Cultura federal o marcas como Nikon.
“Empecé con lo que tenía: una cámara vieja de 2009 que me costó 3 mil pesos y muchas ganas de aprender”, relató el joven creativo, quien actualmente también colabora en el área de redes sociales de la propia universidad.
Durante su charla, remarcó que el equipo no hace al fotógrafo, sino la capacidad de construir vínculos con las personas retratadas: “Nos da pena acercarnos, pero si no lo haces, te quedas en lo mismo; la fotografía es conexión, no solo imagen”.
Aguilar habló también sobre su proyecto de documentación fotográfica con artesanos de Guanajuato y de otros estados del país, con el que busca visibilizar saberes que, considera, están quedando fuera del foco mediático y comercial. “Las piezas hechas a mano, las historias que nadie cuenta… ahí está lo que quería retratar. Yo quiero que sus productos y sus rostros lleguen a otros públicos”, explicó.
La conferencia combinó proyección de imágenes, anécdotas personales y reflexiones sobre el oficio, en especial sobre los límites entre lo que gusta y lo que se debe hacer por necesidad. “No me gusta hacer contenido para redes, pero entiendo que es una herramienta que me puede abrir puertas y llevar mis fotos a más lugares”, reconoció.
Entre los momentos más íntimos, relató cómo una fotografía suya —proyectada por primera vez en una sala llena de desconocidos— le cambió la perspectiva: “Ahí supe que esto no era solo para mí, sino para contar algo que muchas veces ni se escucha”.
El encuentro seguía con un mensaje que resume su ética creativa: “Hagan lo que quieran con lo que tengan”. Una invitación a no esperar las condiciones ideales y comenzar desde donde sea, con lo que se tenga a la mano.