Teherán, Irán., 20 de junio del 2025.
En una contundente muestra de respaldo interno ante la escalada militar con Israel, decenas de miles de iraníes se volcaron este viernes a las calles de las principales ciudades del país para manifestar su apoyo al gobierno y a las fuerzas armadas. Las movilizaciones se registraron en urbes clave como Teherán, Mashhad, Isfahan y Qom, muchas de ellas con instalaciones estratégicas, incluidas nucleares.
Desde la emblemática plaza Enghelab hasta la torre Azadi, miles de ciudadanos marcharon en la capital coreando consignas contra el “régimen sionista” y expresando rechazo a Estados Unidos, a quien acusan de respaldar la ofensiva israelí. Las protestas incluyeron banderas, retratos de líderes supremos y carteles que llamaban a la “unidad islámica” frente a la “agresión extranjera”.
Las manifestaciones ocurrieron a pocos días de una nueva ofensiva de Israel sobre objetivos militares en territorio iraní, como parte de un conflicto que ha intensificado su tono desde la llamada Operación Promesa Verdadera III, lanzada por Irán en represalia por ataques previos. La tensión se ha traducido en el intercambio de misiles, drones y declaraciones de alto calibre por ambas partes.
Aunque la República Islámica ha enfrentado en los últimos años fuertes protestas por motivos económicos y sociales, la jornada de este viernes representó un giro en la narrativa pública: un mensaje de cohesión interna en tiempos de amenaza externa.
“Esta no es solo una marcha simbólica, es una declaración de que el pueblo iraní está unido con su ejército y su liderazgo frente a quienes intentan debilitar al país”, declaró un manifestante entrevistado por medios locales.
El régimen ha utilizado las movilizaciones como plataforma para fortalecer su legitimidad, en medio de crecientes presiones internacionales por el programa nuclear iraní y las recientes acciones militares. Analistas advierten que estas demostraciones públicas de apoyo no sólo tienen un fin interno, sino que buscan enviar una señal clara a Washington y Tel Aviv: Irán no está aislado ni fracturado desde dentro.
La ofensiva israelí y las respuestas de Teherán han elevado la tensión en Medio Oriente, con implicaciones globales. Organismos internacionales han llamado a la contención, mientras que actores regionales, como Siria y Líbano, observan con cautela la evolución del conflicto. En paralelo, potencias como Rusia y China han expresado preocupación por el riesgo de desestabilización.