Dylan René / T- Informa
Guanajuato, Gto. — En un gesto lleno de humanidad y empatía, el Centro Penitenciario de Guanajuato fue escenario de una celebración poco común: el segundo cumpleaños de una niña que vive con su madre en reclusión.
La Secretaría de Seguridad y Paz informó que el festejo no fue simplemente un pastel ni una reunión más, sino un acto de amor y un momento de esperanza en medio de un contexto complejo. La celebración se convirtió en un recordatorio de que, incluso en las circunstancias más difíciles, siempre hay razones para sonreír, creer y seguir adelante.
La pequeña, quien permanece con su madre como parte de los derechos que permiten la convivencia entre madres privadas de la libertad y sus hijos menores, recibió una pequeña fiesta que busca no solo celebrar su vida, sino también fortalecer el vínculo familiar.
Desde la dependencia estatal se destacó que estas acciones forman parte de una política más amplia enfocada en la reinserción social y el fortalecimiento del tejido social dentro de los centros penitenciarios.
“Fortalecer los lazos familiares es también una forma de construir un Guanajuato más seguro, justo y empático”, señalaron en la publicación oficial