Andrés Ortiz
Irapuato, Guanajuato. 22 de enero de 2025. –
El Centro de Apoyo para la Libertad Sindical (CALIS), hace un llamado de urgencia ante las medidas anunciadas y ya comenzadas por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ya que pueden repercutir directamente en la clase trabajadora mexicana a ambos lados de la frontera, ante lo cual, destacaron que las organizaciones deben estar listas para tomar estrategias de manera inmediata.
“Esta nueva administración es una expresión bárbara y vulgar del imperio norteamericano; su «nacionalismo» proteccionista y a la vez su intención de expansionismo descarado puede llevar a políticas y acciones que son una amenaza para todo el mundo, y especialmente para México”, se expresó a través de un comunicado.
Aunado a esta movilización, el CALIS no descartó que se trate únicamente de amenazas sin llevarse a cabo, pues ya que lo que buscan es crear terror y chantajear a diversos sectores y países para inclinar negociaciones a favor de los EE.UU., pero la implementación aun parcial de algunas de ellas puede afectar profundamente los órdenes económicos, políticos y sociales.
“En el caso de México, las medidas referentes al cierre de la frontera y la política antinmigrante comportarán consecuencias económicas y sociales, además de la presión para realizar el trabajo sucio de fungir como muro para las personas en movilidad”.
El gobierno de Sheinbaum ha hecho bien en afirmar que no desempeñará ese indigno papel, aunque aún es necesario delinear políticas para enfrentar la situación. Por otra parte, la amenaza de imponer un 25% de aranceles a partir del 1 de febrero en particular en productos automotrices debe examinarse, pues de aplicarse puede tener graves repercusiones, incluso para los trabajadores”, se subrayó.
Sin embargo, además de que es una medida que implica desmontar el orden comercial de la región y puede llevar a una guerra de litigio en paneles de revisión, su puesta en marcha en realidad afectaría a las propias transnacionales norteamericanas -que son quienes realizan una gran parte de las exportaciones de México a Estados Unidos- y al conjunto de las cadenas productivas de la región, lo que desde luego significa para EU darse un balazo en el pie. Está por verse la reacción de las compañías norteamericanas a esta medida y qué tan lejos puede llevar esta medida el gobierno de Trump.
Podría existir el peligro de que se inhiban inversiones o puedan cerrar algunas plantas, sin embargo, aun con aranceles el bajo nivel salarial y los bajos estándares laborales que persisten en México seguirían representando ventajas para los inversores. Quizá el riesgo mayor inmediato es que las compañías utilicen esta amenaza como un pretexto o chantaje para no mejorar los salarios y las condiciones de trabajo en las próximas negociaciones.
Contradictoriamente, en la pasada administración de Trump, se incluyó en el capítulo automotriz del T-MEC un salario mínimo de 16 dólares la hora como condición para la libre circulación de mercancías.
“ Lo cierto es que, en efecto, es necesaria la unidad nacional en defensa de la soberanía, sí, pero los trabajadores deben levantar su propia visión”.
En conclusión, a esta alerta, se pronunció que las organizaciones sindicales auténticas deben unirse en una estrategia de acción común. Más aún, las y los trabajadores de los tres países del T-MEC para fortalecer los lazos de cooperación y solidaridad. Las alianzas de la clase trabajadora serán fundamentales para cerrar el avance a la ultraderecha y enfrentar las consecuencias de las políticas y chantajes del nuevo presidente de los Estados Unidos.