Texto y fotos: Juan José López Luna
Con un clima idóneo para el toreo, tres cuartos de entrada y un cartel de primera categoría, se llevó a cabo la tradicional corrida conmemorativa por el aniversario de la Revolución Mexicana en el legendario coso de Irapuato. Los diestros que hicieron el paseíllo fueron Enrique Ponce, quien presentaba y despedía, y el torero de la tierra Diego Silveti, con un encierro de Campo Hermoso de simiente española, que lamentablemente no cumplió con las expectativas y echó a perder el histórico acontecimiento debido al pésimo juego de los toros. Al final, Diego Silveti pudo cortar una oreja de su primero y otra del tercero, saliendo a hombros, mientras Enrique Ponce salió cabizbajo y muy molesto.
ÚNICA CORRIDA DONDE TOREÓ PONCE 4 TOROS, Y NADA
El alboroto y la gran expectación que provocó el anuncio de la presentación y despedida de Enrique Ponce terminó en frustración, ya que la gente acudió a la plaza esperando disfrutar de su toreo artístico, pero lo que no quedó claro fue si lo hizo él o si fue por los toros. De hecho, Ponce se vio obligado a regalar uno de los toros.
Con su primero, todo apuntaba a una gran faena, ya que con el capote mostró bellas verónicas con una media. Con la muleta, sobó al toro que ya se había caído varias veces, le recetó tandas de derechazos lentos y suaves. La gente lo vitoreaba, pero muy pronto el toro se apagó, y Ponce lo despachó con un pinchazo y estocada.
Con el segundo, de nuevo las esperanzas se renovaron, pues en el capote hizo lances cadenciosos y un quite por chicuelinas, además de una larga a una mano. Con la muleta, ejecutó tandas de derechazos muy estéticos y algunas por la izquierda. La gente coreó fuertemente cada pase, especialmente los derechazos con la pierna genuflexa, pero falló varias veces con la espada, lo que le valió una ovación al salir al tercio.
El tercero fue un toro rajado y soso que no permitió al maestro Ponce mostrar su mejor versión. Incluso levantó al diestro dos veces sin herirle, y el torero se fue tras la espada sin mucho que cortar. Con el cuarto toro de regalo, la frustración de Ponce se hizo evidente, y sus intentos de toreo fueron infructuosos. Al final, el público le tributó una cerrada ovación y gritos de «torero, torero» al despedirlo.
DIEGO SILVETI SACÓ AGUA DEL POZO Y TRIUNFÓ
El hijo pródigo de Irapuato, Diego Silveti, regresó a su tierra para triunfar, aunque no fue una tarde clamorosa. De los tres toros que lidiaron, pudo cortar oreja al primero y al tercero, lo que le permitió salir a hombros, aclamado por su gente.
Con su primero, hizo una faena aseada, mostrando su estilo con el capote en verónicas y gaoneras. Con la muleta, dio tandas de derechazos y naturales, al ritmo de las embestidas sosas del toro, lo que fue fuertemente coreado por el público. Tras una buena estocada, le otorgaron una oreja.
Con su segundo toro, la faena fue menos intensa, aunque también hubo pasajes toreros tanto con el capote como con la muleta, poniendo de su lado al público. Sin embargo, al meter la espada, se trató de un bajonazo y solo recibió aplausos.
El tercero de Silveti parecía el mejor toro del encierro: un colorado con más caja y motor. Sin embargo, en un capotazo, clavó los pitones en la arena y se rompió el derecho, siendo devuelto. A su lugar salió un cárdeno de otro hierro, con el que Silveti hizo una faena más emotiva que técnica, con algunos enganchones, pero el público lo animó fuertemente. Después de un estoconazo y un pinchazo, la plaza pidió la oreja, lo que permitió a Silveti salir a hombros, aunque algunos consideraron que no merecía el premio.
