Por Felipe Canchola González
El periodismo en México es la profesión de más alto riesgo y la peor remunerada. El homicidio de “El Llanero Solititito”, Alejandro Martínez Noguez, reportero de la nota roja en Celaya, despertó la condena de la sociedad civil y la indignación de los comunicadores de Guanajuato, el país y el mundo. Obligada fue la reflexión sobre la libertad de expresión y el entorno para ejercerla profesionalmente.
Este hecho no es solo un número más en la estadística, sino la vulnerabilidad de un importante contrapeso en el equilibrio social. El periodismo responsable debe prevalecer ante cualquier obstáculo, circunstancia, o agresión que, revestidos de impunidad, se convierten ya en una práctica cotidiana. Investigar e impartir justicia, es el grito desesperado de los periodistas de Guanajuato y de México.