¡Y SE DETUVO EL TIEMPO…CUANDO JUAN ORTEGA TOREABA!
Texto y fotos: Juan José López Luna
Con casi un lleno, clima ventoso y ambiente expectante, se dio la tercera corrida de feria en el coso La Luz de la ciudad leonesa, estando colgaos en el cartel Joselito Adame, Diego Silveti y Juan Ortega, teniendo en chiqueros un disparejo y encierro de De La Mora, resultando triunfal en cuanto a toreo pero pésimo en corte de trofeos porque los 3 toreros traían espadas de palo, sin embargo lo grandioso ocurrió en el tercero y sexto toro, EL TIEMPO SE DETUVO, los olés se alargaron a oooleee, mientras el español corría la mano con su muleta de terciopelo y a cámara lenta.
JOSELITO CORTÓ OREJA, PERO PERDIÓ 2 MÁS
Joselito Adame, vino a la plaza leonesa con la idea de triunfar y confirmar que es de los pilares en la baraja taurina mexicana, y lo hizo toreando, no así matando pues en su primer toro estuvo muy torero desde las verónicas y luego chicuelinas con un remate a una mano de pintura, después de la pica hizo un quite por chicuelinas con tafalleras y revolera de remate, ya con la muleta comenzó por alto y en los medios se dio a torear por derechazos en tandas con su sello y otras con displicencia y desmayando la muleta en naturales de mucha torería, la gente le coreaba todo al són de pelea de gallos y por eso tras la estocada recibiendo le dieron una oreja de premio…Con su segundo Joselito salió como jabato, de rodillas una larga en tablas, ya de pié unas verónicas de buena factura rematadas con una media de cartel, luego de varas hizo un quite por zapopinas muy coreadas remató con un manguerazo de Villalta, ya con la muleta vino lo grande pegado a tablas y de rodillas comenzó su faena, desdenes y tandas de derechazos en redondo, lentos toreros y de mucho calado, lo mismo que naturales en varias tandas, la gente muy metida con el torero disfrutaba el toreo y la música, pero cuando todo era miel, vino el momento amargo con la espada, una y otra vez fallaba José y se acabó e encanto.
DIEGO SILVETI NO SALIÓ EN SU TARDE BUENA
El torero irapuatense Diego Silveti horas antes había bordado el toreo en Juriquilla y salido a hombros triunfador, quizá eso influyó para que a León saliera algo apagado o cansado, pues su actitud no fue la de otras tardes de triunfo. A su primero nada le pudo hacer con el capote y con la muleta comenzó algo frío aparte que el toro se abría en cada muletazo y deslucía la suerte, sin embargo poco a poco la faena fue creciendo en otras tandas de naturales y derechazos, como que se animó Diego y la gente lo apoyaba, y al menos 1 oreja le iban a dar si mataba bien, pero vino el calvario y muchas veces pinchó…Con su segundo que era muy codicioso y con genio, tampoco pudo torearlo con el capote, con la muleta se vió algo precavido y en algunas tandas dejó muletazos de buena factura, pero sin redondear la faena, pases sueltos, remates y adornos, pero sin calar, mató al segundo viaje y lo despidieron con palmas.
JUAN ORTEGA DETUVO EL TIEMPO, AL VIENTO Y AL TORO
El torero sevillano Juan Ortega, que se presentaba en México, cayó de pie y augura que será una figura del toreo…A su primero sólo le pudo pegar 2 verónicas de las suyas de ensueño, ya con la muleta en los tercios comenzó su cátedra de bien torear, erguido, sin prisas con ritmo, con torería, lo que se dice TOREAR, tandas por la derecha y la izquierda, a cámara lenta, redondas redondas, pero sólo unos cuantos taurinos lo jalearon, el grueso del público se entretiene con chistes, bebidas y el celular. Ortega no se amilanó y siguió toreando hasta que logró que la plaza entera lo coreara y generó olés tan largos como sus pases; oooleee. Mató de media y descabello y sólo lo sacaron al tercio…Con su segundo, un toro feo de hechuras y descompuesto de embestidas, Juan Ortega volvió a dejar plasmadas 2 verónicas y con la muleta fue llevando al zancudo toro a los tercios con doblones suavecitos, después por derechazos y naturales comenzó la faena, pero los derrotes del astado deslucían la estética del torero y cuando la gente creía que todo iban a ser trapazos de aliño, se detuvo el tiempo, se paró el aire y el toro embistió de carretilla, un portento de toreo aterciopelado, lento, muy lento y en redondo completo, una y otras vez el diestro español se regustó corriendo la mano seguido de los eternos oooleees, trincherazos y desdenes de pintura, de cartel, de monumento, faena grandiosa y la gente loca de gusto, ya tenían los pañuelos en la mano para pedir las orejas y premiarlo, pero de nuevo el amargo trago de la espada, muchos pinchazos y abucheos, pero el TOREO ahí quedó.