Cuando se buscó un modelo para atender la prevención de estupefacientes en Guanajuato se volteó la vista a Islandia, un país nórdico que se considera el más relajado del mundo. Ahí viven poco más de 300 mil habitantes en más de 100 mil kilómetros cuadrados.
Islandia también tiene el quinto ingreso promedio anual más alto del mundo. Al año una persona promedio gana algo así como 1 millón 410 mil 737 pesos de acuerdo con información de la isla.
En Guanajuato habitamos más de 6 millones de personas en un territorio de 996.7 kilómetros cuadrados. Un salario promedio anual llega a 95 mil 374 pesos. Y si no cuadra la comparación, habré de acotar que aquí se vive con estrés, poca calidad de vida y donde el 30 por ciento de la población ha sido víctima de la inseguridad. La percepción de vivir en un estado inseguro crece de manera exponencial.
Pero aunque Guanajuato no es Islandia, se optó por el programa Planet Youth como un modelo para prevenir conductas nocivas con un enfoque participativo basado en evidencia y con “eficacia demostrada en la reducción del consumo de sustancias durante más de 20 años”. Por lo menos eso dice el afiche del programa que se consulta en Internet.
Y vemos que se ha convertido en el programa emblema para la prevención entre los jóvenes pero, ¿Es todo lo que hay?
En Guanajuato 1 millón 922 mil 066 habitantes son jóvenes entre 12 y 29 años de edad. Son 969 mil 336 son mujeres y 952 mil 730 son varones. Esa evidencia demográfica es el punto de partida para cualquier plan de acción.
Si bien es cierto que los programas de prevención nacen desde las oficinas gubernamentales para atender a los jóvenes y, el presupuesto público más bien tiene un objetivo político más que social, también debería generarse una política pública participativa para los jóvenes quienes son un grupo a tutelar hasta, por lo menos, que tienen edad para votar.
¿Quién atiende a las infancias con programas que los acerquen a la lectura, recreación, uso lúdico del ocio o que les fomente intereses por la tecnología, ciencia o el deporte?
No basta con cubrir una currícula académica que, de por sí, forma parte de la obligación en la formación. Hoy las infancias necesitan una motivación para establecer el camino que los lleve a la formación de guanajuatenses de bien.
Pongo un ejemplo: Los fines de semana no hay teatro al aire libre, no hay música al aire libre, tampoco hay talleres para la creatividad o si quiera lugares seguros para que las infancias tengan un momento para alimentar su espíritu.
Los parques públicos son un ejemplo de la desigualdad y acentúan aún más las carencias sociales. Las mini deportivas se han convertido en pequeños cotos de poder que no han logrado -o no han querido- poner en orden las autoridades.
Otro ejemplo más: Los jóvenes han acudido a la calle Madero en el centro de la ciudad como su lugar de desahogo. En esa calle hay sólo una librería -que está abierta al público pero es de una colección privada- que contrasta con la cantidad de establecimientos para la venta de alcohol.
No es que esté mal, pero siempre es necesario encontrar un equilibrio.
¿Y qué pasa con esa explanada del Distrito León MX que parece más bien una plancha privada?, ¿Por qué no se hacen competencias de bandas de rock locales para motivar a los jóvenes leoneses y de paso a los guanajuatenses a una integración social?, ¿Por qué el Teatro del Bicentenario no presenta programas con música popular con los talentosos músicos guanajuatenses que podrían dar ahí un ensayo en vivo?, ¿Por qué no hay funciones de box o lucha libre en la deportiva?, ¿Por qué no hay rallies de fotografía o vídeo para acentuar nuestra identidad?
Ciertamente Guanajuato no es Islandia. En Guanajuato vibramos con José Alfredo Jiménez y aprendemos del maestro Octavio Ocampo. Disfrutamos las leyendas e historia de nuestro estado y queremos ser mejores.
Hoy las autoridades pueden arrancar a las juventudes de las garras del flagelo delincuencial o de las ataduras de los estupefacientes fomentando el uso eficiente del ocio. Pero para eso haría falta mucha voluntad y, claro, un nombre más mexicano que el Planet Youth.
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Jorge Marcelino Trejo Ortiz Ex Presidente del Colegio de Abogados del Estado de Guanajuato. Notario auxiliar en la ciudad de León. Comentarios jmto231967@gmail.com